Ampliación del
Museo del Prado

El Proyecto de Rafael Moneo

Hoy presentamos la ampliación más siginificativa de la historia del Museo proyectada por Rafael Moneo

Moneo, uno de los más distinguidos arquitectos españoles, ha ideado una fórmula de ampliación del Prado que, respetando el antiguo edificio, su entorno y las estructuras colindantes, une el Museo con un complejo formado por una construcción de nueva planta y el claustro restaurado de los Jerónimos.

La materialidad de la piedra, la madera y el vidrio, característica en la arquitectura de Moneo, protagoniza cada uno de los nuevos espacios del Museo del Prado. La arquitectura de la ampliación ha combinado sabiamente el granito madrileño, el ladrillo y el bronce patinado en las fachadas exteriores. En los interiores, adquiere protagonismo igualmente el granito pero en este caso acompañado por maderas de roble y de cedro y bronce en color natural. El cristal ocupa también un espacio protagonista en el conjunto de la ampliación, gracias a la también habitual característica del arquitecto de establecer imaginativas fórmulas para crear verdaderos pasajes de la luz natural.

El nuevo Prado encuentra por fin la solución a sus endémicas carencias de espacio para la celebración de exposiciones temporales independientes y, más allá de esto, verá por fin cumplido su sueño de contar con unos almacenes de obras de dimensiones suficientes como para que puedan abrirse sin dificultad tanto al estudio de los propios especialistas del Museo como a los investigadores de otra procedencia.

Además, la obra proporciona al Museo todos los espacios imprescindibles para una adecuada atención a sus visitantes y el desarrollo de diferentes actividades: auditorio, sala de actividades polivalente, gran zona de acogida, puesto de información, consignas, tienda y cafetería-restaurante.

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